martes, 17 de mayo de 2016

El espíritu bueno y el espíritu malo (Parte V y última)

“Luego del impacto de saber que el espíritu malo iba en el carro con nosotros, empezamos a rezar. Tras muchas dificultades logramos llegar a Valera”, cuenta Wil Pavón, coordinador del grupo de jóvenes evangelizadores.
“A los días fuimos a la iglesia San Juan Bosco. Apenas entramos el sacerdote nos dijo que sentía una presencia maligna, empezó a orar y a rociarnos con agua bendita. La muchacha que veía los espíritus cayó al piso, se torcía y gritaba".
"Fue algo muy fuerte y horrible. Gritaba cosas como en otro idioma, abría los ojos y los tenía totalmente en blanco, botaba espuma por la boca y vomitaba. Quienes estabamos rezando sentíamos como nos empujaban hacia atrás, unos hasta sentían que los ahorcaban. Estuvimos casi cuatro horas en una cadena de oración, hasta que finalmente el espíritu se rindió y se fue”.
“Afortunadamente, desde ese día, más nunca volvimos a ver a esa horrible mujer, no sabemos qué fue de ella. El sacerdote nos explicó que en ocasiones cuando las personas obran mal, al morir van al infierno y Satanás les asigna como tarea llevarle las almas perdidas de los niños, como la de Sol, a quien nosotros ayudamos a llegar a la luz”.
“La mujer se enfureció tanto porque no la dejamos llevarse el alma de la niña que quiso vengarse de nosotros. Gracias a Dios, el poder de oración y nuestra fe la ahuyentaron para siempre” finaliza Pavón.

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